Tercera Fecha

El pasado sábado San José jugó de local en el "Monumental de la ruta 34", ante un buen marco de público una nueva fecha correspondiente al Torneo Desarrollo 2009.

Todo comenzó cuando en primer turno se enfrentaron las divisiones menores de 17 del club local con los Perales, partido que terminó con la victoria del equipo visitante por 19 a 3. Los pibes se mostraban ante su gente, la garra que le pusieron no les alcanzó para poder ganar el partido, pero se llevaron de premio el reconocimiento del público asistente.

A continuación se enfrentaron las divisiones mayores de ambos clubes y como ocurrió en Jujuy, la victoria volvió a ser para los naranjas esta vez por 30 a 18.

En el primer tiempo los Perales se puso al frente del marcador por 8 a 0, producto de un try y un drop. El equipo local estaba desordenado, todavía no entendía el juego, pero J. Clemente mostrándoles el camino a seguir a sus compañeros, en dos ataque a pura potencia logró apoyar dos tryes que fueron convertidos por Castellano para pasar al frente por 14 a 8. San José parecía haberle encontrado la vuelta al partido, comenzó a imponer el juego que más le convenía y minutos antes de terminar el primer tiempo el Toti Iglesias apoyó un nuevo try para terminar la primera parte ganando por 19 a 8.

En el segundo tiempo la visita logra descontar con un try y se puso a tiro 13 a 19, pero la reacción de San José no demoró, Chaveta convirtió un nuevo try para dejar las cosas 24 a 13. Los Naranjas manejaban el partido a su voluntad, y los cambios realizados en el equipo no resintieron el funcionamiento del mismo, pero Castellano agarra una pelota en sus 22 mts, amague para aquí, amague para allá cuando quiso dar el pase, puso la guinda en las manos de un rival que aprovechó semejante regalo y apoyó un try para los Perales, el resultado quedaba 24 a 18, en ese momento a la visita lo único que le interesaba era mantener el punto bonus, pero Castellano convirtió s penales para redondear un resultado final de 30 a 18, para alegría de todos y para dejar al rival con las manos vacías.